Hillel, Shabbat 31a
No hagas a los demás, lo que no
quieras para ti.
III
Eran preñados de
días los días de punición
enmarañado en una lacerante
ombría,
huérfano de luz y
certidumbre.
Habitabas las
tinieblas en el luto.
Nada subsistió a
los anhelos de adolescente,
vírgenes de
fraudes y de recelos.
Fracasó el
aprendizaje
en el espejismo de
un calor adulterado
y se hundió la
isla en un océano perverso
de aguas túrbidas
y gélidas.
De ti, queda tan
solo el legado de una soga tirante,
minuciosamente
trenzada
con hilazas de
desengaños,
la cobardía de ser
audaz
y las trémulas palabras del adiós.
Àngel Martí
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